lunes, 8 de febrero de 2010

(En primera persona) Una lágrima

Los periodistas llamamos 'lágrima' a esos textos que publicamos en los que lamentamos la muerte de una persona cercana (...cosas como las que dicen: "Este periódico trabaja hoy a medio gas porque lamenta la muerte de fulanito, pariente de nuestro compañero..."). Don Gato ha escrito muchas 'lágrimas' en su vida profesional, aunque sólo ahora sabe que pudo hacerlo porque constituían, apenas, una prueba de oficio. Y ello porque le resulta imposible publicar aquí la lágrima que verdaderamente querría escribir hoy. De modo que tira de archivo para recordar (copiando-y-pegando, todo hay que decirlo) un texto que se leyó ayer en un funeral gijonés. Es éste: "La familia de Joaquín [Menéndez Álvarez] quiere sobreponerse por un momento a la conmoción de su pérdida para contaros a los amigos que habéis venido a despedirle un aspecto de él que no conocisteis: su grandeza en la intimidad".
"Porque, si cualquiera de vosotros podría describir a Joaquín [Menéndez Álvarez] como una persona extrovertida y social, sólo quienes formamos parte de su entorno familiar, tanto directo como político, pudimos conocer su mejor valor: su absoluta dedicación a los suyos".
"En la intimidad, Joaquín [Menéndez Álvarez] fue aún mejor que en su vida pública. Porque fue, primero, un buen hijo y un buen hermano; porque fue, luego, un buen esposo y un buen padre. Y porque fue, en los últimos años, un buen abuelo. Todo eso porque Joaquín [Menéndez Álvarez] fue, ante todo, un hombre de espíritu limpio, de modo que ni su religiosidad sincera, ni su bondad evidente ni siquiera su franqueza de trato podrían describirle mejor que su profundo humanismo".
"Así es que, si Gijón nos parece hoy más triste a todos los que estamos en este templo no es tanto porque falte en sus calles un hombre que las pateó durante décadas (merced a su profesión y a su personalidad), como por el hecho de que las ha dejado una buena persona".
"Joaquín [Menéndez Álvarez] entregó siempre su amistad a quien creía que la necesitaba y la merecía. Y los que estáis aquí para despedirle sabéis que lo hizo sin esperar nada a cambio. De manera que su familia quiere agradecer vuestra lealtad confirmando que podéis estar orgullosos del amigo que se os ha ido… porque él estaba muy orgulloso de vosotros".
Así se dijo en el funeral y así debe bastar.

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