viernes, 19 de febrero de 2010

El pacto del Rey

Acaba de anunciar el presidente de España, Jose Luis Rodríguez Zapatero, la puesta en marcha de una comisión gubernamental para que estudie salidas a la crisis, que deberían apoyarse en un acuerdo parlamentario. Y ha puesto en marcha Zapatero, para publicitar esa comisión, un plan de comunicación que no debe engañar a ningún gato. Porque ni Zapatero ni Rajoy tienen intención alguna de pactar un acuerdo de Estado contra la crisis. ¿Por qué? Porque Rajoy sabe que la crisis es el peor enemigo de ZP y, por tanto, su mejor aliado para llegar a La Moncloa, como ZP sabe que cualquier acuerdo con Rajoy daría la impresion a los españoles de que sólo la ayuda del gallego le hubiera permitido enfrentar la crisis, tal que seria su peor enemigo para seguir en La Moncloa. Así es que el pacto de marras dejaría, tanto a Rajoy como a ZP, sin la mejor baza que tienen los dos para ganar las próximas elecciones, por más que pudiera ser bueno para el país (lo que es probable, pero no seguro). De modo que ni uno ni otro van a firmarlo... lo que no quiere decir que lo vayan a reconocer. Porque reconocer eso se convertiría en un problema para los dos, ya que el electorado no entendería que ambos antepusieran sus respectivos intereses de partido a la resolución de un problema del país –puede que sí lo hicieran sus prosélitos, pero es seguro que no lo entendería el gigantesco paquete de indecisos que, al final, determina las elecciones–. Por eso, los dos se empeñan ahora (y seguirán haciéndolo en las próximas semanas, aunque no lo parezca) en demostrar que, si el pacto de Estado no fue posible, es por culpa del otro. Lo que es verdad en ambos casos, como todos los propios deben saber aquí, ahora.
Asi las cosas, ¿por qué se plantea el pacto, entonces?, se preguntará algún gato. "Porque lo ha pedido el Rey", habria que decirle a ese curioso inoportuno. ¿Y por qué lo ha pedido el Rey?, insistiría ese rompehuevos. "Porque le interesa a él; al rey Juan Carlos. Y punto.", habría que decirle.

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