sábado, 6 de febrero de 2010

Sobre la jubilación

Hay quien lleva semanas empeñado en pedir a Don Gato una opinión sobre los asuntos que marcan la actualidad, aunque aquél lleva meses proclamándose alejado del día a día de la política. De modo que se ve obligado a darla, aunque le cueste, ya que deberá volver al tajo más pronto que tarde. Así es que lo hace sobre un tema fácil: las propuestas del Gobierno central de retrasar la edad de jubilación a los 67 años –frente a los 65 de ahora– y de utilizar los últimos 25 años de cotización como base para calcularla –frente a los 15 actuales–.
Y sólo puede decir que quien manda en La Moncloa ha abierto mal y en el peor momento un debate que, de todos modos, tenía que producirse en España... por poco que guste aquí (donde a nadie gusta tener cerca de casa un dispensario de metadona, un vertedero de basuras o unos pisos sociales).
El actual sistema de pensiones es insostenible en una economía de mercado (como la que debe de presuponer el auditorio de este blog... al que se supone que no le interesa un debate maximalista, sino de mínimos). ¿Por qué? Porque fue concebido para sostener con fondos públicos el retiro de los trabajadores en una época en que este periodo apenas si llegaba a los cinco años de media... cuando ahora supera de largo los 15, con frecuencia.
Hay dos formas de explicar las cotizaciones para la jubilacion (una de derechas y una de izquierdas, por así decir): la que entiende que cada uno aporta durante su vida en activo una cantidad a cuenta de la que cobrará cuando se retire –como si fuera depositando dinero en una hucha–; y la que supone que los pensionistas de una generación cobran de las aportaciones de la siguiente, igual que hará ésta a su vez en su momento –como si cada trabajador fuera solidario con quienes le precedieron–. Y ninguna aguanta.

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