lunes, 1 de octubre de 2012

Eso que llamamos 'los políticos'

A sabiendas de que es impopular, este blog quiere recordar que muchas prebendas de las que hoy disfrutan algunos cargos públicos vinculados a la política –sean elegidos o designados– tienen una causa loable en origen: la necesidad de incorporar a la democracia, con plenos derechos, a los proscritos por el franquismo y a las clases menos favorecidas. Valgan como ejemplo dos casos: el que los diputados adquieran derecho a la pensión máxima en menos tiempo que un ciudadano de a pie deriva de la necesidad de hacer justicia con la gente que volvió del exilio con una edad avanzada, que nunca podría cotizar el periodo necesario desde su retorno al país; y la eximencia de formación acreditable para el desempeño de un cargo pretende permitir la incorporación a la actividad pública de la gente que no pudo estudiar, bien por falta de dinero, bien por causas ideológicas... Otra cosa es el abuso que hicieron y hacen los partidos, al aprovechar esos resortes en su beneficio hasta convertir la excepción en norma. Es eso lo que ha convertido en odiosos unos preceptos que hacían muy dignos a quienes los merecieron.

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