martes, 2 de octubre de 2012

Los diecisiete magníficos

El presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy –aunque no lo parezca–, consintió y consiguió hacerse hoy una fotografía importante junto a muchas de las principales autoridades del país ante el frontispicio del Senado, tras una reunión de mucho copete llamada Conferencia de Presidentes –de comunidades autónomas– en la que estuvo el jefe del Estado, Juan Carlos I, con su heredero, el Príncipe de Asturias, más alguna otra gente, como su todavía vicepresidenta, Soraya Sáinz de Santamaría.

Y buena parte de los compatriotas de este blog parecen sentirse satisfechos por el hecho de que el gallego y sus 17 huéspedes magníficos (hubo más, como se ha dicho, pero los que importan son 17) hicieran alarde de unidad a la salida del encuentro, cuando algo así debiera ser lo único esperable del debate entre tantos personajes de alto nivel de un país que está a punto de ser intervenido por la Unión Europea. De modo que ha saltado la intriga aquí, donde siempre llamó la atención que Europa pusiera en cuestión las autonomías de España y no los Lander alemanes o las especificidades británica, belga, austriaca... por no citar la tirantez entre territorios de EEUU, ese país de referencia que es modélico sólo a veces y para algunas cosas.

Se dice que la razón está en el gasto que las autonomías suponen para España, pero este argumento se desmorona al mirar las cuentas territoriales de los otros Estados que se citan. Así que algo tiene que haber aquí que no haya fuera... y la diferencia aparece claramente enseguida: lo que hace distinta España de otros países descentralizados es el hecho de que desde su Jefatura de Gobierno se escurra el bulto de los propios errores culpando a las entidades menores, lo que conviene tener en cuenta para relativizar los ataques desde La Moncloa contra las autoridades autonómicas (17, como se sabe –incluída la díscola Cataluña–, más las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla). Porque todo indica que esos ataques pretenden exclusivamente alimentar el consumo doméstico de los españoles, a la vista de que hace falta quitarles importancia cuando lo que interesa es exhibir músculo fuera.

No hay comentarios: