viernes, 21 de octubre de 2011

Pase lo que pase

Ahora que la cosa parece estar cambiando, Don Gato se siente obligado a contar una cosa que siempre calló, para no preocupar a su familia ni a sus amigos: que, en 1997 (aprox. y siendo ministro Jaime Mayor Oreja), fue informado por Interior de que su nombre había aparecido en unos papeles incautados a ETA que le señalaban como fácil objetivo alternativo para el caso de que no fuera posible matar a su jefe de entonces (Juan Tomás de Salas, que se libró del tiro en la nuca por una coincidencia feliz, según se supo en 1999). Se asustó en el momento, Don Gato, para qué negarlo ahora... cuando hace falta proclamar dónde está cada uno. Y contra qué.

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