El resultado del debate televisivo (y televisado) entre Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba recuerda a Don Gato un juego de su infancia que se llamaba 'la pirindola', una de cuyas caras dictaminaba: "Todos ganan". Se trata de un juego que suele recordarse –sin razón– cada vez que hay unas elecciones y que –esta vez, sí– parece ajustado a la realidad. Porque el líder del PP entró en plano con 14 percentiles de diferencia en las encuestas (entre 11 y 17, según la información de cada contratante de esos estudios) y sale de él con la mitad de esa cifra (entre 5 y 10 percentiles, de acuerdo con el mismo criterio). Lo que supone que el gallego sigue vivo hoy después del debate de ayer y que su rival ha mordido de forma considerable la diferencia que los separaba. De modo que ambos han ganado, porque los dos consiguieron lo único a lo que podían aspirar: no caer, el uno, y subir, el otro. Mejor para la campaña.
martes, 8 de noviembre de 2011
Todos ganan
El resultado del debate televisivo (y televisado) entre Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba recuerda a Don Gato un juego de su infancia que se llamaba 'la pirindola', una de cuyas caras dictaminaba: "Todos ganan". Se trata de un juego que suele recordarse –sin razón– cada vez que hay unas elecciones y que –esta vez, sí– parece ajustado a la realidad. Porque el líder del PP entró en plano con 14 percentiles de diferencia en las encuestas (entre 11 y 17, según la información de cada contratante de esos estudios) y sale de él con la mitad de esa cifra (entre 5 y 10 percentiles, de acuerdo con el mismo criterio). Lo que supone que el gallego sigue vivo hoy después del debate de ayer y que su rival ha mordido de forma considerable la diferencia que los separaba. De modo que ambos han ganado, porque los dos consiguieron lo único a lo que podían aspirar: no caer, el uno, y subir, el otro. Mejor para la campaña.
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1 comentario:
Por desgracia para los españoles de clase media para abajo, aún son demasiados perceptibles y si las encuestas se acercan a la verdad, dentro de poco tendremos un presidente poco valorado por los españoles, que no conoce bien su propio programa, que tiene muchas dudas y no aclara si se decantará por esto, por lo otro o por lo de más allá. A lo mejor la mayoría de los españoles no nos merecemos más
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