Ese escepticismo general ilustra bien el cambio experimentado por Europa como consecuencia de la omnipresencia de los medios de comunicación. Ya que nadie, ni en Europa ni en ningún otro lugar, dudó en su momento de la veracidad del compromiso que anunciaron Rainiero de Mónaco y la actriz Grace Kelly (cuya imagen oficial está bajo estas líneas), en 1956.
Y ello pese a que la nórdico-americana había sido seleccionada por una agencia como 'pareja ideal' del mafioso para prestigiar sus 'negocios'.

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