Antes de fin de año, un cuarto largo de la
población de España está convocada para votar en varios procesos en los que –de
forma más o menos explícita– está en cuestión el país al que ahora mismo pertenece:
el dia 21 de octubre, en Galicia y el País Vasco, y el día 4 de noviembre, en
Cataluña.
De atrás a adelante, el resultado más probable es éste: el electorado
catalán respaldará la apuesta por la autodeterminación de su burguesía,
representada políticamente por la coalición Convergencia I Unió (CiU) desde
hace tiempo; Euskadi elegirá entre el vasquismo de izquierdas y el vasquismo de
derecha, que representan la marca nueva Bildu y el tradicional Partido
Nacionalista Vasco (PNV); y Galicia dará crédito suficiente al discurso
nacionalista de Anova, que reniega del fallido experimento del BNG.
Multitud de análisis de todo pelaje
aconsejan relativizar el peso de esas convocatorias, pero este blog no tiene
claro que haya que hacerles caso, sabiendo –como sabe– que hay demasiada
doctrina a ambos lados de las tres contiendas: en el españolismo, porque no se
entiende la fuerza de cualquier otra identidad; y, en el nacionalismo, porque
siempre se sobrevalora lo propio frente a lo que parece ajeno.
Con este estado de casos, Don Gato se
pregunta si alguien ha previsto qué pasaría si, en pocos meses, dos fuerzas
centrífugas gobernaran los territorios de más peso en la economía de España
(excluida Madrid, cuya importancia es ficticia porque en sus cuentas cifran las
empresas que tributan allí sólo por el hecho de que en ella está la capital de
España –como ‘El Corte Inglés’, sin ir más lejos, empresa que ningún español considera madrileña, como demuestra el hecho de que todo el país compra en
ella– y que, seguro, trasladarían su sede fiscal a cualquier otro sitio, sin
problema alguno).
Sin otro ánimo que el de situar las cosas
en el contexto adecuado, este blog recuerda algunas cosas: ningún inglés habría imaginado,
durante la Segunda Guerra Mundial, que India pudiera independizarse de
Londres; la isla llamada Malta, a la que va ahora de turismo media España,
era británica hasta el año 1974; y ese país de nombre Noruega en el que
se entrega el Premio Nobel de la Paz formaba parte del territorio de Suecia
hasta principios del siglo X. Son tres ejemplos que conviene recordar... por citar.