martes, 4 de enero de 2011
Tranquilos, chicos
Sigue recibiendo, Don Gato, muchos mensajes de colegas desesperados por la incertidumbre que se vive en Miguel Yuste. Y, desde aquí, quiere proclamar –Don Gato– que ni los suyos ni sus compañeros tienen por qué inquietarse, ya que: si el problema no tiene arreglo, de nada vale preocuparse; en tanto que, si lo tiene, a ningún sitio lleva hacerlo. Por eso... Don Gato lamenta parecer cruel, pero recuerda a los suyos que torres más altas cayeron, sin que a nadie de Prisa le preocupara un pijo.
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